Entre sillas vaga un ángel que data tu recuerdo y se mueve y baila y canta lentos moviemientos, lucres tristes como su alma, que amando lo que existe dio un grito y a perderse siguió hasta el horizonte rojo en línea recta. Un piquero y su nombre y su alma... Arde, Arde, Arde, Arde...
30 de Julio, 2007.
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