Le voy a pedir que la próxima vez que me vea, no sea tan cobarde y no se esconda en el árbol que está al lado de la banca porque sinceramente puedo verlo y además, no tengo interés en hablarle.
Le voy a pedir que la próxima vez que se vea al espejo no se ponga a llorar, es solo usted volviéndose más viejo y estando más solo.
lunes, 12 de enero de 2009
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