jueves, 22 de enero de 2009

Sieempre Digna

Él: Sólo vine para decirte que esta es mi última palabra, que dudo que de aquí podamos seguir más, que no eres tú, soy yo, que siempre necesito tiempo para estar solo, que te quiero pero a veces me atosigas, que eres una gran mujer, una gran persona, sé que encontrarás a alguien que te quiera más de lo que te he podido querer yo y seguramente, algún día, te darás cuenta de que esto no fue un error a pesar del sentimiento de traición que quizás esto te produzca y el mucho dolor que puedas sentir por mí, ya que sé que he sido tu primer amor y que me has querido todos estos años como no se puede querer a otra persona. En fin, sólo vengo a decirte que me voy.

Ella:
Sólo te dejé hablar porque esta es tu última palabra y porque no, no podemos continuar, sí eres tú, no soy yo y si tanto te molesta, te puedes quedar solo. Gracias, lo sé. Sí, lo encontraré. No, no hay dolor. No, no fue así: ni el primero ni el último. Quizás uno más. Y ahora te vas. Y esta es mi última palabra.

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